miércoles, 27 de diciembre de 2006

LA DAMA DE LA TARDE




Se encontró a sí mismo,
caminado sin sentido.
"¿A donde voy, cual es mi camino?" se pregunto,
casi como cantando una canción.

Al mirar a su alrededor, noto,
que en medio de un bosque se encontraba.
"Pasos míos, miren al esplendor que me han traído.
¿Será este el lugar donde viven los duendes y las hadas?.

Observo y observo, las piedras, arboles y plantas
que en varias formas y colores lo rodeaban.
De pronto, a lo lejos un murmullo oyó.
Agudizando el oído trato de localizar su origen,
y se dio cuenta que la fluidez del ruido,
de un arroyo provenía.

Hacia ahí es que se encamino,
pie por delante de pie, avanzando con cautela.
Ya que junto al arroyo se escuchaba
el canto de una damisela.

Hermoso cantar proveniente de una hermosa figura,
de esas que solo en sueños se ven
y que la vida de uno desacomodan.
"¿Quién es ella, a que estrella el brillo robo?"
Fueron preguntas que el se planteo.

Solo se atrevió a verla,
oculto detrás de un robusto árbol.
Que linda que era,
bella como la luna llena,
fulgente como el cálido sol.

Ella llevaba una larga túnica,
blanca como el pico de la montaña,
mas blanca aun,
que la nieve que al invierno acompaña.
Hermosa criatura ante el se encontraba,
y el, solamente, la observaba y la observaba.
De ese encantamiento el despertó,
al momento en que en su hombro un pájaro se poso.
"Mi señora es la mas hermosa sin lugar a duda",
el ave hablo.
"Desperté de un trance hermoso
para caer en otro aun mas fantasioso.
Un pájaro me habla al oído,
¿será que tanta hermosura mi mente a destruido?".
No estas loco, Joven Peregrino,
tan solo has entrado en el bosque de los sueños perdidos".

El bosque de los sueños perdidos, tan buscado,
y a la vez tan poco encontrado.
Esos sueños que de joven se tienen,
y al pasar las estaciones
de a poco se pierden.
"¿Cual es el nombre de tu señora,
Si es que tiene uno?,
o tal vez sea una de esas diosas,
a las que los hombres llaman de distintas formas,
y cada una de ellas, es tan, pero tan preciosa".
"Mi señora es la Dama de la tarde,
madre de los cielos naranjas
y princesa de los calmos atardeceres".

El joven sonrío igual que lo niños,
cuando vienen de la tienda
comiendo los mas dulces caramelos.
Sonrío como sonríe un beduino,
al ver un verde oasis
luego de un largo camino.
"La dama de la tarde,
que hermosura de señora.
Si no la vuelvo a ver
luego de este día,
sentiré como mi corazón llora".

En ese momento el ave voló,
y como toda ave feliz, canto.
" Didili Di Didili Dar,
mi señora,
aquí hay un joven que la quiere amar.
Didili Di Didili Day,
es un joven de amor puro
como en estos días ya no hay"
La Dama su mano izquierda extendió,
y en su fino índice el ave se poso.

Ella observo a su alrededor y no lo vio,
entonces le guiño el ojo a una ardilla
que en el árbol trepada se encontraba.
Esta, sigilosa bajo por el tronco del enorme pino,
y con destreza, y mucho atino,
al joven en una pierna mordió.
El un gran salto pego,
y sin notarlo
ante la vista de la Dama quedo.
"Acercate Joven Peregrino,
no temas a esta noble alma,
siéntate a mi lado, para conversar y reír,
y juntos bebamos este dulce vino
que de tu cuerpo quitara cualquier escalofrío".
El, temeroso de tanta belleza dudo,
pero de repente reacciono.
Un fuerte palpito de su corazón lo despertó.
Cruzo el río sin molestare por el agua.
Cruzo el río, con gran confianza.
Cruzo el río lleno de esperanza.

Junto a ella se sentó,
y llenando sus pulmones de aire
el rico aroma del perfume degusto.
Por horas y horas, y aun mas tiempo hablaron,
y sin saberlo, o sin importarles,
con la noche se encontraron.
De la mano se fueron bailando,
entre los arboles y las flores
y bajo las estrellas que los estaban iluminando.
A lo lejos se perdieron,
esta linda pareja.
La del Joven Peregrino y la Dama bella.
Y con un ultimo cantar el pájaro se despide.
"Didili Di Didili De
esta es la ultima ves que se los ve.
Didili Di Didili Dor
se han de perder en su eterno y gran amor".